No desesperes en la florescencia, muchos años después
de Los hijos de Sánchez, creció la cultura de la miseria en un pueblo del
Caribe, como por arte de magia designaron un muerto en la plaza, sin el don de
Lázaro, un bailarín hechicero le dio vida y el muerto en tránsito de vida llenó
el entorno de barricas que formaron bodegas de clerén y de whisky, es como para
emborrachar a todos los senadores y diputados honorables de Macondo, sin
excluir al Ministro de cultura de una región de Veracruz. El muerto se fue una noche de jaurías, eran
de sus propios perros y de los perros de la Plaza.
No pudo conocer los colores profundos de la vida ni
siquiera en sueño.
No pudo conocer la alteridad.
Sus príncipes y princesas no eran los dueños de la Plaza de Marte el día que un
toro digital ama las flores y la imagen del Mundo se desborda.
No pudo visitar la Casa Azul de Frida Khalo
ni sentir el instante paralelo de Puras Apeco y Dionisio Cabral. Ambos asisten esta noche cada uno vestido de
blanco a la Exposición
25 obras de Kandinsky.
Al otro lado, una mujer leía en el parque Pétalos de
agua, poemario de un periodista que nació en las oficinas de El Caribe post
dictadura trujillista y otros medios. Un
limpiabotas hablaba del Congreso del Marqués De Sade, un religioso de la Resurrección de los
muertos, un viento lluvioso azotó la Plaza. Varias
horas después, los perros ladraban y ladran, las jaurías penetraban a la catedral.
Al otro lado, distante del muerto de la Plaza , millares de arbustos
y flores perfumadas del barro puro de la longevidad notable formaban la esencia
de los jardines del tiempo (sin que las voces del Padre) quisieran negar la Casa azul, esa pasión que
remueve las piedras y abriga el alma.
Desde aquel día no he vuelto a ver la mujer que leía
en el parque, dicen que siguen las jaurías y que unos vientos huracanados
pasaron por el casco urbano.
Dicen que nos quedamos sin [escultores y poetas). Me paré, entré por la ventana, voy a la
primera puerta., quiero ver una escultura y estoy llegando a la Plaza del soldado
desconocido de aquel Vela Zanetti, escultor que dejó sus huellas luminosas con
la obra precedentemente citada y los murales al interior del Monumento de
Santiago.
POETAS EN TRANSITO?
Yo no sé si la ciudad tiene poetas en tránsito capaces de alucinar el
chip. Yo no sé si la ciudad tiene
pintores capaces de pintar a Marcel Duchamp, algo así como resucitar de entre
los muertos el mundo de la noche global.
Y me perdonan pero yo no sé si la ciudad
tiene periodistas dispuestos a escribir cada hoja luna clara. Escribir a la luna mojada es otra cosa.
Yo que no soy poeta, posiblemente podría
exagerar las cosas… recuerdo que escribí con Dionisio Sillas sin Espejo, poema dedicado al Dr. Ramón Cabral.
SILLAS
SIN ESPEJO
Al doctor Ramón Cabral
“Ayer un
carpintero amueblaba el dolor”
Sobre
la física no cuántica el abanico es una mariposa
que se bebe la sombra.
En este verde negro gravita la ciudad
dormida
Y despierta.
La noche camina sobre ella saltando
los espacios,
los silencios
el rostro de la imagen se refleja en
un vaso blanco
dilatado en la espalda de la noche
mojada
Estas gotas enfurecidas de placer
danzan
en la desolación de unas sillas sin
espejo.
El otro tiempo, el olvidado, descansa
en el perfil de otras sillas
alquiladas
a la otra sombra del hombre.
Ni Tomás ni su lecho pudieron evitar
la compacta
armonía de la vida
La herradura de un coche marca el
compás
de la hora sin tiempo.
SOBRE EL RECUERDO
Ahora en
este mundo mediático, recuerdo que escribía cuartillas y me llamaban
periodista, era poco más que un adolescente, tantos perros me ladraron, que
siempre dije: cabalgamos. Un día unos
cuartillitas, según dicen extraviaron mi nombre del listado del Colegio… mi
carnet de tres dígitos es otro recuerdo sin averiguar. Todos se preparan para Semana Santa, dice la
primera plana de El Nacional de esta tarde.
Terminaré esta carta el domingo de Ramos, no soy agrónomo, no soy
diputado mi jardinero, pero a veces por la calle de Santiago encuentro a
Dionisio Cabral y René del Risco en un coche sin cochero.
Oh,
pensaba que había terminado, antes quiero agradecer a todos ustedes la presencia en este lugar, Joselín Cava, e
invitarla a ella a entregar unos sobresitos numerados, premiados, son los
sobres de “la pose”…
Nada
tienen que ver con las funditas de dos ex presidentes.
Voy a leer
ahora un poema distinto al que escribí con Dionisio al a Limón. Buenas noches
amigos y amigas.
La tarde se llena de Facebook
y
otros sitios
La ilusión
dispersa los internautas
pero lo
saben las hijas de María, Juana e Isabel,
no quiero
Facebook por la mañana.
Luis José Rodríguez.
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